Los quesos Pecorino deben su nombre a la palabra Pécora, que significa oveja en italiano. La tradición considera que los orígenes de este queso son de la localidad de Moliterno, (de ahí el nombre) en Basilicata. Sin embargo, hoy en día la mayor parte de la producción tiene lugar en Cerdeña. Después de dejar envejecer el queso durante un tiempo, se le agrega la trufa mediante la inyección de una pasta hecha de trufas negras. Este proceso permite que el queso pueda desarrollar su propio carácter, sus propios sabores y su textura granulosa, antes de la adición de la trufa. A continuación se le inyecta la trufa a la que se le permite «crecer» y encontrar su camino a través del queso, formando las preciosas vetas.
Como resultado del método de «inyección», la pasta interior en lugar de tener trufas salpicadas uniformemente por toda la masa, el Pecorino Moliterno al Tartufo, tiene “venas” amplias y profundas. En consecuencia, el color de la pasta es marfil oscuro intercalado con líneas sólidas negras. A pesar de que las trufas son accesibles solamente en las «venas», el sabor de trufa impregna toda la pasta de este increíble queso. El contraste entre los aromas y sabores lácticos y los que proporcionan la propia trufa es muy acusado, aunque lógicamente predomina este último. Sabor fuerte y algo salado.